martes, 16 de enero de 2018


En este primer mes del año, básicamente de presentación y muestra de mis distintos trabajos, mucha gente alude a lo simpáticas que son mis casitas, llenas de curvas y de color.
Llevo años haciéndolas; las uso, como ya pudieron ver, para decorar casi todos mis cuadernos...
Pero ¿Cómo comenzó esta manía?
Hace algunos años, allá por el 2010 yo trabajaba como profe de una escuela secundaria. El exceso de trabajo, las largas horas frente al aula y el estrés,  hicieron que mis cuerdas vocales necesitaran un tratamiento fonoaudiológico intensivo y una terapia de relax. De todas las actividades que me propuso mi foniatra, la que más me convenció fue la de pintar.
Elegí las acuarelas porque me parecían fáciles de trabajar, bastante económicas y muy limpias (pues cuando pinto me enchastro toda jjijij)
Fue así que comencé a dar mis primeras pinceladas...
Primero se me dio por a botánica (una cuenta pendiente, si vamos a ser sinceros), pero, claramente, no era lo mío...








Depués, por el paisaje...


 ... no llegaban a convencerme...

Fue en ese momento en que vinieron a mi mente los colores y las formas que había descubierto en mi primer viaje a  BCN (Barcelona) del que hacía sólo unos meses había regresado...
Recordé a Gaudí






Y fue así que, tímidamente comencé a pintar mis pequeñas ciudades.



Siguiendo los caprichos del color base



Y trabajando, poco a poco, llegué a las formas actuales...


Espero que les haya gustado este recorrido por mi pasado... y que les sea útil a la hora de inspirarse. A mí me gusta la arquitectura, los colores y las formas: ¡¡¡Intento conjugar estas tres cosas para dar un toque bonito a mis decoraciones!!!




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